Por: Rebecca Grafía
Howard Becker, en su obra Manual de escritura para científicos
sociales, dedica un capítulo para exponer algunos tips para escribir como
un profesional. Estos consejos podrían dividirse en generales y particulares.
Comencemos por los primeros. Un señalamiento que hace Becker es que la vida
académica es la que determina los vicios y defectos que existen a la hora de
escribir de manera especializada, pero también la academia brinda oportunidades
para hacer una escritura diferente, las cuales no deben ser desaprovechadas,
por el contrario, nosotros mismos debemos ser partícipes para buscar otras
formas de escritura.
Por otro lado, señala Becker
que, nadie nace con el don de escribir. Es falso pensar en la escritura como un
“talento natural”, lo cierto es que detrás de un buen texto existe mucha
corrección y reescritura. Los científicos sociales deben desarrollar este
talento a través de la práctica constante y con una actitud paciente. Así, lo
anterior nos llevará a convertirnos en nuestro propio editor, es decir, alcanzar
en nuestros textos la claridad suficiente para decir algo. Aquí Becker se
detiene a narrar su experiencia como editor de revistas científicas y dice cómo
la mayoría de los científicos esperaban fuese que fuese él quien corrigiera por
entero sus textos. Lo cierto es que los editores esperan trabajos pulidos,
sencillos y bien redactados. Becker incluso señala como la mayoría de los
artículos son rechazados porque están mal escritos. Cómo último consejo
general, el autor recomienda que hagamos disfrutable la etapa de la edición y
corrección, pues se trata de desarrollar una sensibilidad con los textos
propios y ajenos.
Pasando a los consejos
particulares, Becker regresa a la importancia del “borrador plumazo” y de cómo
este no necesariamente tiene que ser por escrito, sino que también puede darse
de manera oral, cuando intercambiamos la idea que queremos escribir o trabajar
con algún amigo o colega. Se trata de que nosotros prestemos atención a nuestro
interlocutor para detectar en dónde hay o no comprensión, y por tanto, que se
tendría que trabajar más.
Recuerda también lo importante
que es utilizar las palabras correctas para decir lo que queremos decir,
apoyarnos de diccionarios u otros textos para conocer el significado de las
palabras antes de utilizarlas y saber si es la más precisa para comunicar lo
que nos interesa. Aquí entraría también evitar las palabras rimbombantes que sólo
confunden al lector. Por el contrario, se trata de llegar a oraciones cortas,
decir lo que queremos decir con el menor número de palabras para otorgar sencillez
y claridad al texto. Becker señala cómo la mayoría de los problemas teóricos y
metodológicos son en realidad problemas de redacción y claridad. De ahí la
importancia de utilizar las palabras correctas para lo que queremos comunicar,
antes de hablar, por ejemplo, de uso de conceptos.
En la etapa del manuscrito,
Becker considera fundamental que una vez que ha sido revisado, prestar atención
en los puntos donde los lectores no entienden y por qué, buscar la forma de
decir lo mismo con otras palabras, manteniendo nuestra postura o argumento,
pero que la idea sea comunicada de tal manera que pueda ser comprendida.
Otro consejo que nos brinda el
autor es que no desechemos ningún texto. Por el contrario hay que guardar
nuestros borradores o ideas, ya que siempre podemos volver a ellos más tarde.
Becker relata como a veces pasaban años para retomar un artículo o libro.
Asimismo si no puedes continuar con una idea al momento de estar escribiendo,
dejarlo entre paréntesis para luego retomarlo.
Una estrategia para atraer al
lector según Becker es escribir en segunda persona, ello hará que el texto sea
menos aburrido, al mismo tiempo, es importante no abusar de la primera persona.
Un texto nunca está realmente “terminado”.
Incluso si ya lo hemos publicado, Becker señala cómo todo se puede replantear o
corregir. El mismo habla de cómo ha aprovechado las reediciones de sus libros
para corregir o añadir ideas.
Cuando hagamos uso de imágenes
en nuestros textos, estas deben ser más que meras “notas a pie de página”.
Tenemos que dejar en claro cómo estamos interpretando la imagen para guiar al
lector en su comprensión.
Por último, Becker compara
escribir con tomar fotografías. Se requiere de práctica para ser un buen fotógrafo.
Hay que tomar muchas fotos malas para luego tomar una buena. Lo mismo pasa con
la escritura, debemos escribir mal primero para luego escribir bien. Y, aunque
toma tiempo, es posible aprender a distinguir lo que sirve de lo que no. Por lo
mismo, Becker insiste en que es necesario perder el miedo a escribir, porque
todo se puede corregir. Hay que escribir, aunque sea mal, para luego reeditar y
reescribir hasta que lleguemos a esa versión que dice lo que queremos de la
manera más clara y amena posible.
Bibliografía:
Becker, Howard, Manual de escritura para científicos sociales: como empezar y terminar una tesis, libro o artículo, Argentina, Siglo XXI editores, 2011, pp. 121-138.
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