Por: Rebecca Grafía
Paul Ricoeur ha señalado tres
tipos de relaciones que tenemos con el pasado: la memoria, la historia y el
olvido, título además de su última obra. El historiador es aquel que se encarga
de cuidar la relación con el pasado desde el punto de vista histórico. El
propio quehacer histórico y el historiador tienen historicidad, es decir, su
práctica, sus intereses y sus fuentes han cambiado a través de la historia
misma. Uno de los cambios más interesantes se dio en el siglo XX, cuando en
Francia comenzaron a surgir trabajos que se preocupaban por periodos históricos
mucho más recientes, como el periodo de entreguerras o la Segunda Guerra Mundial.
En 1979 se creó el Instituto de Historia del Tiempo Presente[1] en París Francia, en el
que participaron investigadores de la Escuela de Altos Estudios de Ciencias
Sociales y el Centro Nacional de Investigación Científica.[2] Entre sus principales
intereses estaban la Segunda Guerra Mundial y el periodo de entreguerras, la
memoria y el testimonio, y repensar la relación pasado-presente-futuro. Darían
espacio a otro tipo de investigaciones como la historia oral, la historia de
las mujeres, historia de lo político, historia de las ciencias sociales, entre
otras.
Que se planteara el objetivo
de repensar la relación pasado-presente y futuro nos introduce a hablar de la
postura que tomaron estos intelectuales. Por un lado, se desprendían de la
historia tradicional, la cual había criticado severamente los intentos de historiar
el presente y, por el otro, rechazaban cualquier filosofía de la historia, pues
se trataba de repensar nuestra relación con el tiempo histórico, pero no más
como un tiempo dado o predeterminado en el que todos estamos envueltos. Sino
como una relación que cada presente construye y, pensarlo así, obliga a dar
cuenta de la multiplicidad de tiempos y espacios que coexisten.
Las principales críticas
versaron en la falta de perspectiva histórica; cómo superar la pasión
partidista o la mera anécdota periodística. La imposibilidad de llegar a una
visión de conjunto de problemas. La imposibilidad de identificar ciclos que
puedan conducir a una teorización. Otros problemas historiográficos que se
señalaron fueron lo relativo a las fuentes, la selección de documentación, la
crítica, la metodología, la periodización, los contornos y territorios, así
como su relación con otras ciencias sociales, y, además, su calidad “científica”.[3] Podemos ver como todas
estas críticas se apoyan en una visión de la historia e historiografía
tradicional, apegada a un método histórico con herencias un tanto positivistas,
en el sentido de una búsqueda de cierto tipo de cientificidad. Precisamente los
defensores de la historia del tiempo presente descartan la mayoría de las
críticas anteriores diciendo que surgen de un determinado paradigma del cual
buscaban alejarse.
Los investigadores reconocen
la relación que existe entre el surgimiento de la historia del tiempo presente
y su contexto, enfatizan que la demanda social fue un factor crucial que obligó
a los científicos sociales a repensar un presente que exigía ser explicado.[4] La necesidad de entender
nuestro presente fue una demanda social que no sólo los historiadores han
intentado satisfacer desde los 60’, pues también los medios de comunicación se
congregaron a la tarea de entender y explicar el presente. La globalización, el
régimen de historicidad presentista y la multiplicidad de temporalidades, son
las nociones principales que se mencionan a la hora de explicar el surgimiento
de la historia del tiempo presente.[5] El historiador Hugo Fazio asegura
que la historización del presente es crucial para nuestra sociedad actual,
necesidad que se agudizó a partir de las décadas de los 70’ y 80’. Describe la
historia del tiempo presente a partir de una lectura de lo inmediato, que tiene
divisiones respecto a sus contribuciones pero que al mismo tiempo no puede
negarse su resonancia. Asimismo ubica otros problemas que pueden ser tratados
por la historia del tiempo presente: la reflexión del cómo pudieron haber sido
las cosas y las representaciones que tiene el pasado en determinado presente.[6] Otros enfatizan el carácter
del “presente” como una construcción cultural.[7]
Hasta aquí nos hemos enfocado
en Francia, la institucionalización de la historia del tiempo presente no se
detiene ahí. Los alemanes la trabajaron como “Zeitgeschichte”, los italianos
como “historia modernissima” y los anglosajones como “current history”.
Actualmente es posible encontrar una gran variedad de institutos que se
especializan en la historia del presente, siendo abundantes por ejemplo en Latinoamérica,
en dónde la memoria como objeto de estudio ha resultado una prioridad en las
investigaciones.[8]
Antes de concluir me gustaría
concluir con una reflexión de François Hartog sobre el régimen presentista,
especialmente porque es retomado para explicar el surgimiento de la historia
del tiempo presente. Hartog, quien sigue las categorías de Koselleck para
pensar nuestra relación con el tiempo, habla de cómo cada presente ha
construido y representado su vínculo con el pasado, con el futuro y con el
propio presente. Si bien reconoce que esta construcción varía en los espacios,
se enfoca en Grecia y Europa para explicar cómo se gestó el régimen historia magistra vitae que permeó hasta
el siglo XVIII, luego el régimen moderno y, a partir de 1989, Hartog comienza a
ver un cambio en nuestra relación con el tiempo, en la que hay una preocupación
incesante por el presente, un “presentismo”.[9] Un presente constante y
que no cesa, pero que nos tiene atrapados en la paradoja de estar preocupado
por el pasado, pero de mano de la memoria y el patrimonio. Por otro lado, es un
presente que nos dibuja un futuro catastrófico. Cabe destacar que este “presentismo”
es un síntoma de nuestra relación con el tiempo que se puede manifestar de
diversas maneras: The Road (novela), el 9/11, tiempo real, etc.
¿Cuáles son las ventajas y
desventajas de pensar una historia del tiempo presente? En el sentido social y
práctico nos lleva a pensar la función social del historiador, en el sentido
teórico epistemológico nos lleva a tratar de repensar o construir nuevas
categorías para abordar otros problemas temporales, especialmente porque en
ocasiones se trabaja un presente que todavía está siendo.
Bibliografía:
François Bédarida, Definición, método y práctica de la Historia
del Tiempo Presente, artículo en línea: file:///C:/Users/Usuario/Downloads/7848-7931-1-PB.PDF
Josefina Cuesta Bustillo, La historia del tiempo presente: estado de
la cuestión, artículo en línea: http://revistas.usal.es/index.php/0213-2087/article/view/5714/5748.
Hugo Fazio Vengoa, La historia del tiempo presente: una
historia en construcción, artículo en línea: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=81111329004
Julio Arostegui, Reseña a La historia del tiempo presente:
historiografía, problemas y métodos, en https://revistas.unal.edu.co/index.php/achsc/article/view/28095/35994
____________, Julio Arostegui,
La historia del presente, ¿una cuestión de método?, artículo en línea: file:///C:/Users/Usuario/Downloads/Dialnet-LaHistoriaDelPresente-1036594.pdf
François Hartog, Regímenes de historicidad, México, UIA,
2006.
_____________, Evidencia de la historia, México, UIA,
2011.
Sitios
de interés:
-De la Red de estudios de la
violencia
https://redestudiosrepresion.wordpress.com/
https://redestudiosrepresion.wordpress.com/
-Grupo de estudios
interdisciplinarios sobre pasado reciente, GEIPAR (Uruguay):http://www.geipar.udelar.edu.uy/
-Grupo de Investigación
“Estudios del Tiempo Presente” (España):http://www.historiadeltiempopresente.com/web/
-Red Interdisciplinaria de
Estudios sobre Historia Reciente, RIEHR (Argentina):http://www.riehr.com.ar/index.php
-Red de estudios sobre la
represión y violencia política (Argentina):
-Grupo de Investigación en
Historia Reciente, Universidad de Navarra:
-Centro Documental de la
Memoria Histórica (España):
-Agency of the Federal
Commissioner for the Stasi Records (BStU), Alemania:
-Institut d’histoire du temps
présent – IHTP, Francia :
-Asociación de Historiadores
del Presente, España:
-Institut für Zeitsgeschichte,
Alemania:
-Institute of Contemporary
British History, Gran Bretaña:
[1] François
Bédarida fue el primer director del instituto y desde un inicio trazó los objetivos,
preocupación y metodología a seguir por la historia del tiempo presente.
Consúltese: Definición, método y práctica
de la Historia del Tiempo Presente, artículo en línea: file:///C:/Users/Usuario/Downloads/7848-7931-1-PB.PDF
[2]
Josefina Cuesta Bustillo, La historia del
tiempo presente: estado de la cuestión, artículo en línea, p. 230: http://revistas.usal.es/index.php/0213-2087/article/view/5714/5748.
[3] Ibidem., p. 233 y ss.
[4]
Para más de las circunstancias de su aparición véase: Pierre Sauvage, Una historia del tiempo presente, artículo
en línea, p. 61 y ss., en: http://www.redalyc.org/pdf/811/81111329005.pdf.
[5]
Hugo Fazio Vengoa, La historia del tiempo
presente: una historia en construcción, artículo en línea: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=81111329004
y Julio Arostegui, Reseña a La historia
del tiempo presente: historiografía, problemas y métodos, en https://revistas.unal.edu.co/index.php/achsc/article/view/28095/35994.
[6]
Hugo Fazio Vengoa, La historia del tiempo
presente: una historia en construcción, p. 51.
[7]
Julio Arostegui, La historia del
presente, ¿una cuestión de método?, artículo en línea: file:///C:/Users/Usuario/Downloads/Dialnet-LaHistoriaDelPresente-1036594.pdf.
[9] Véase
especialmente las obras: Regímenes de
historicidad y Evidencia de la
historia. En esta última Hartog nos dice que: “El ascenso del testigo en el
espacio público era, en efecto, un claro indicio de los cambios de coyuntura y,
en particular, del lugar que tomó, de ahí en adelante, la categoría del
presente”, p. 205.
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