martes, 15 de enero de 2019

Tips para terminar tu tesis



Por: Rebecca Grafía

Nos encontramos en un nuevo año y para muchos el arranque del 2019 puede ser el pretexto perfecto para terminar pendientes. Puede que estos sean personales, laborales y, ¿por qué no?, académicos. Independientemente de nuestra disciplina o nivel, la tesis es un tema recurrente a la hora de hablar entre colegas. Basta incluso con observar las redes sociales y ver las numerosas reacciones, comentarios, compartidos y más sobre “memes” que hacen alusión a la ardua tarea que resulta hacer la tesis. Si bien es muestra de que entre científicos sociales podemos tomar el tema con humor, también es cierto que la discusión está lejos de agotarse, especialmente si nos detenemos a preguntarnos seriamente dos cuestiones: ¿qué es una tesis? Y, ¿por qué puede ser tan tardado el elaborar una?
Desde mi experiencia y con el complemento de algunas lecturas y un sinnúmero de conversaciones con grandes amigos y maestros. Puedo decir que la tesis es más de una cosa. Por un lado, es parte de un trámite académico y burocrático que debemos cumplir para avalar nuestros estudios, esto si lo pensaste como vía de titulación principal, ya que actualmente las instituciones son más flexibles a la hora de pensar en vías de titulación. Por otra parte, es también un texto, es decir, debemos escribir, lo que se traduce en leer, redactar y corregir muchísimo. Y por último, se trata de una hechura y muestra de conocimiento. Lo que lleva a pensar que no se trata de un texto que busque entretener al lector, o hacer una reflexión abierta como un ensayo, sino que se trata de un aporte significativo a las discusiones sobre el tema, con ciertos estándares de forma y fondo de acuerdo al nivel.
Decidí dividir los consejos o tips que puedo compartir para que hacer la tesis sea una tarea mucho más llevadera o bien que nos ayude a desestancarnos en el camino. Porque como veremos más adelante, los factores que trastocan este proceso de escritura tan específica son muy variados y pueden aparecer en distintas etapas.

1.- ¿En qué etapa nos encontramos?
Lo primero que recomendaría es que realizaras un análisis de tu situación académica y emocional. Respecto a lo académico es preguntarte en qué etapa te encuentras. ¿Estás en licenciatura y vas a iniciar tu primer seminario de tesis?, ¿Estás a punto de iniciar un posgrado?, ¿Tienes ya un tiempo que no te has podido titular? De ser así, ¿cuántos años han pasado?, ¿tiene esto implicaciones burocráticas que puedan atrasarte aún más?
Es importante detectar en qué etapa nos encontramos porque eso permite realizar algunas acciones que prevengan nuestro atraso. Por ejemplo, si estás iniciando tu proceso de tesis, sea licenciatura, maestría o doctorado, procura conocer a tu asesor. Averigua sus líneas de investigación, las tesis que dirigido, lee sus publicaciones, averigua su forma de trabajar, etc. Todo esto con la finalidad de que tú pienses si te visualizas trabajando con él o ella. Es importante tener armonía con el asesor ya que es quien nos ayuda en este proceso y nos guía en la formulación de un proyecto breve pero significativo, que además debe culminarse a tiempo. En cualquiera de las etapas los asesores generalmente esperan que sea el alumno quien muestre interés, iniciativa y que sea propositivo a la hora de trabajar.
Es relevante tener claridad también sobre los lineamientos que se exigen en términos de “fondo” en cada uno de los niveles. Por ejemplo, en licenciatura se pide que los alumnos demuestren sus habilidades, el manejo de ciertas herramientas de la disciplina, el conocimiento de las discusiones relevantes sobre el tema y área que le interesa pero también que pueda llevar a cabo un argumento coherente, sintético y reflexivo que le permita desarrollar más adelante otras preguntas y vías de explicación que lo llevan a profundizar mucho más en el campo que le interesa.
En la maestría se espera que el alumno conozca las discusiones sobre el campo que le interesa pero que profundice en sus lecturas, que contraponga propuestas, que delimite un tema con el cual pueda ampliar su reflexión. En doctorado se espera que el alumno demuestre con su investigación una aportación significativa a las discusiones, puesto que ya tiene el conocimiento previo para hacerlo y también porque tendrá el tiempo para desarrollarlo, recordemos que en doctorado son dos años de formación y dos años para redactar generalmente.
De igual forma, en todos los niveles se pide que el trabajo sea sintético. Esto en parte por la abundancia de fuentes y autores que puede haber de cualquier tema (especialmente si las pensamos internacionalmente) y si pensamos que estamos sujetos a plazos que cumplir, el abundar en el tema no es una buena opción. Por otra parte, hay que recordar que dedicarse a  la investigación es largo, realmente la formación nunca termina, podemos especializarnos y continuar con temas relacionados a nuestro interés común durante décadas, mantenernos actualizados y abonar en la discusión.
Para terminar con esta categoría, te diré que reflexiones un poco en cómo te encuentras emocionalmente. Casi siempre al inicio de un posgrado o cuando estamos por arrancar la investigación de nuestro tema, especialmente en la recopilación y análisis de fuentes, nos encontramos eufóricos, queremos abarcarlo todo. Por el contrario, pasado el tiempo podemos sentirnos frustrados y/o estancados con nuestro tema. O bien aburridos y completamente desanimados si ya ha pasado mucho tiempo desde que terminó la etapa escolarizada en tu licenciatura o posgrado. No se trata de cambiar nuestras emociones de un día a otro, sino más bien de ser realistas para que esto nos permita pasar a una segunda etapa que sería el diagnóstico del problema.

2.- Detectar el problema
Una pregunta implícita que sugiere el libro Cómo obtener un doctorado es ¿realmente quiero hacer la tesis? Para el nivel licenciatura y si en tu institución se manejan otras opciones para titularte la pregunta sería ¿realmente quiero titularme por tesis?, ¿Tengo tiempo?, ¿Recursos?, ¿Me siento motivado(a) para hacerlo? Para el caso de maestría o doctorado, muchas veces es ya casi durante o al final del proceso que nos damos cuenta de que dedicarnos a la investigación o un grado en el área que elegimos no era lo que realmente queríamos. Lo cual hace que nos alejemos de alternativas que nos permitan realizar lo que sí deseamos. Así que es muy válido que tu pienses en otras opciones o bien que decidas realizar otra cosa. Por otra parte, si estas sujeto a términos de cumplimiento por que estuviste becado y debas cumplir, quizá sea otro el problema.
Al ingresar a un posgrado, podemos llegar a tener dos reacciones. En ocasiones sobreestimamos la maestría o el doctorado, creemos que debemos hacer una gran investigación, llevar a cabo un trabajo que “descubra” algo nuevo o bien que cree un cambio de paradigma, cuando esto no es así. Como ya expliqué antes, menos es más. Se trata de realizar una investigación coherente, detallada pero al mismo tiempo acotada. Lo cual por supuesto es un balance difícil y lleva tiempo, así que es necesario que seas realista ya que en maestría son solo dos años y en doctorado cuatro. Ya habrá mucho tiempo para que puedas profundizar.
También llega a suceder que, por el contrario, subestimamos el posgrado. No entendemos lo que implica la investigación: muchísimo trabajo y tiempo invertido. Puede ser que hayamos pasado mucho tiempo en la “vida real” antes de ingresar a un posgrado, o bien que no queramos dejar nuestros empleos, de ahí que nos cueste más esfuerzo mantener el ritmo y cumplir con el perfil que se espera del investigador. Para el caso de México, CONACyT permite sólo cierto número de horas en caso de que quieras percibir beca y trabajar. Se recomiendo que si no es posible o deseable dejar el trabajo pues que este sea algo que en lo que ya tengamos experiencia y que no involucre mucho esfuerzo intelectual o físico, pues el cansancio no nos permitirá trabajar.  Recuerda que la redacción es la parte más ardua y tardada a la hora de pensar en la tesis, así que si la beca te permite dedicarte de tiempo completo a ello hazlo, ya que pasado el tiempo puede que te veas obligado a ahora sí tomar un trabajo y no tendrás tiempo para redactar. Ahora bien, si no es posible hacer esto, deberás trazarte un horario de redacción de por lo menos seis horas a la semana.
Otro factor que influye muchísimo y que es crucial no solo en el resultado de la tesis si no en nuestra experiencia en el proceso de investigación o nuestro paso por el posgrado es el asesor. Suele pasar también que lejos de ser una guía puede ser que el asesor entorpezca nuestro trabajo, esto sucede cuando los asesores no entienden el perfil que deben cumplir en cuanto a ser una guía para el alumno, que estén saturados de trabajo o bien que sea muy difícil mantener el contacto con él o con ella. Si es posible mediar alguna situación por medio del diálogo y la organización, hazlo. Generalmente los asesores coinciden en esperar que el estudiante sea autónomo, pero esto no quita que el alumno tiene derecho a obtener la guía necesaria durante el proceso. Si no hay un entendimiento y la dinámica está retrasando sobremanera la investigación será mejor pasar a un cambio de asesor.
De manera personal nunca me he visto obligada a esta situación, pero si recomendaría que si vas a hacer este trámite lo hagas a tiempo. Creo que no se debe dejar pasar más de un semestre para el caso de la maestría y un año para el caso del doctorado. De nuevo pensando en que estamos sujetos a tiempos, y además en que viene a ser un trámite que trastoca varias aristas como el comité de titulación, el propio asesor o la coordinación correspondiente al posgrado. Puede ser también que esta decisión genere molestias al profesor o profesora, especialmente porque se perdió tiempo y, además, recordemos que ellos también están sujetos a cumplir ciertos requisitos como docentes –investigadores.
Por último, pero no menos importante, también puede ser que el problema tenga que ver con trámites burocráticos, alguna materia pendiente. O bien, que pasaras por una experiencia personal que vino a desestabilizar tu rutina y proceso de investigación, sea que algún familiar haya fallecido, que alguien de nuestra familia esté enfermo, que nos veamos obligados a aceptar un empleo, etc. De ser así, el diagnóstico deberá ser mucho más personal y minucioso para que puedas pasar a un plan de acción.

3. Trazar un plan de acción
Una vez que hemos realizado nuestro diagnóstico personal y detectado el problema sigue trazar un plan de acción. Primero que nada, debemos considerar las alternativas que tenemos y aprovecharlas. Por ejemplo, muchas instituciones ofrecen cursos de titulación en las que se puede desarrollar tesis o tesinas para los alumnos extemporáneos. A pesar de esto muchos alumnos no lo consideran una opción, piensan que quizá su producto final no tendrá calidad o bien están renuentes a pagar una cuota. En esto último, tenemos que pensar que si nos encontramos en una situación en la que ya ha pasado un tiempo considerable desde que estuvimos en el posgrado o en etapa escolarizada, nosotros ya no somos la prioridad de los profesores. Lo son aquellos alumnos que van a tiempo y por los cuales ellos están brindando un servicio y percibiendo un salario. Así que, en todas las instituciones se te pedirá que pagues este servicio extra de alguna u otra forma. En mi caso no existía esta alternativa, tenía que seguir haciendo entregas a mi asesor a pesar de estar trabajando cumpliendo un tiempo completo en bachillerato, lo cual me dejaba exhausta y con muy poco tiempo para leer, escribir o corregir Sin embargo, durante el tiempo que estuve en esa situación, que fueron casi dos años, tuve que seguir pagando mis cuotas escolares e inscripción para mantener mi calidad de estudiante y poderme titular una vez concluida la tesis.
Desarrolla un plan que te permita establecer metas a corto, mediano y largo plazo. Y retomar el contacto con tu asesor y lectores. Merece la pena detenernos en estos últimos. Una buena opción siempre es que alguien más lea tu trabajo, algún colega o compañero, sean en la etapa que te encuentres. Pero, pensando en los lectores que formarán parte de tu examen profesional, es muy importante que una vez que ingreses al posgrado pienses en quiénes serán tus lectores pues incluso en alguno de los casos puede ser que llegue a sustituir a tu asesor en caso de que las cosas no funcionen como lo esperado. Del mismo modo que con tu asesor, conoce a  tus lectores, investiga sus líneas, publicaciones, etc. Especialmente pensando en lo que podrían sugerirte o pedirte en tu trabajo a fin de evitar futuras discordancias o malentendidos, toma esta decisión en coordinación con tu asesor.
Por último te recomiendo que sintetices tu proyecto, que seas constante y disciplinado con la rutina de trabajo que debas trazar. Toma en cuenta tus actividades, tu horario de trabajo, tu situación personal y destina un tiempo fijo en tu agenda para la redacción de tu tesis. Con un poco de organización y constancia muy pronto verás que concluyes tu trabajo.

Bibliografía sugerida y utilizada:
Estelle M. Phillips y Derek S. Pugh, Como obtener un doctorado. Manual para estudiantes y tutores, España, Editorial Gedisa, 2001.




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